Fragmentos

La verdadera locura quizá no sea otra cosa que la sabiduría misma que, cansada de descubrir la vergüenza del mundo, ha tomado la inteligente resolución de volverse loca.
(Enrique Heine)

El pasado es un inmenso pedregal que a muchos les gustaría recorrer como si de una autopista se tratara, mientras otros, pacientemente, van de piedra en piedra, y las levantan, porque necesitan saber qué hay debajo de ellas.
(José Saramago. El viaje del elefante.)

Tengo 47 años, ¿y sabes cómo me he matenido vivo tanto tiempo, todos estos años? Miedo... el espectáculo de actos terribles. Si alguien me roba, le corto las manos; si me insulta, le corto la lengua; si se rebela contra mí, clavo su cabeza en una estaca, y la pongo bien alta, para que puedan verla todos. Eso es lo que mantiene vivo el orden de las cosas: el miedo.
(Gans of New York)


"He visto un caracol, se deslizaba por el filo de una navaja, ese es mi sueño, más bien mi pesadilla, arrastrarme, deslizarme por todo el filo de una navaja de afeitar, y sobrevivir."
(Apocalypse Now)



Cortometraje: Los zapatos limpios.

Os dejo un cortometraje que, cuanto menos, es de lo más peculiar.  Dirigido y escrito por Oriol Puig Playà. Quiero saber qué es lo primero que se os pasa por la cabeza cuando termina la filmación.  :D




...os guste o no, no me digáis que no os reísteis. :p

El amenazado. Jorge Luis Borges


Es el amor. Tendré que cultarme o que huir.

Crecen los muros de su cárcel, como en un sueño atroz.
La hermosa máscara ha cambiado, pero como siempre es la única.
¿De qué me servirán mis talismanes: el ejercicio de las letras,
la vaga erudición, el aprendizaje de las palabras que usó el áspero Norte para cantar sus mares y sus espadas,
la serena amistad, las galerías de la biblioteca, las cosas comunes,
los hábitos, el joven amor de mi madre, la sombra militar de mis muertos, la noche intemporal, el sabor del sueño?

Estar contigo o no estar contigo es la medida de mi tiempo.

Ya el cántaro se quiebra sobre la fuente, ya el hombre se
levanta a la voz del ave, ya se han oscurecido los que miran por las ventanas, pero la sombra no ha traído la paz.

Es, ya lo sé, el amor: la ansiedad y el alivio de oír tu voz, la espera y la memoria, el horror de vivir en lo sucesivo.

Es el amor con sus mitologías, con sus pequeñas magias inútiles.

Hay una esquina por la que no me atrevo a pasar.

Ya los ejércitos me cercan, las hordas.
(Esta habitación es irreal; ella no la ha visto.)

El nombre de una mujer me delata.

Me duele una mujer en todo el cuerpo.


JORGE LUIS BORGES




¿Sabías que...?

Creí que era un gusto personal, simplemente. Pero resulta que un estudio realizado en la Universidad  norteamericana de Harvard demuestra que los hombres con una voz grave tienen claros privilegios frente a los que poseen voz aguda.
Ya no es sólo la atracción que puedan despertar en el sexo opuesto, sino que, además, la voz tiene relación directa con la reproducción. Una investigadora en antropología de la universidad mencionada, ha estudiado durante seis meses a los cazadores nómadas del norte de Tanzania, llegando a la conclusión de que aquellos  varones con la voz más fuerte, tienen una mayor descendencia, facilitando así la permanencia de sus genes frente a los demás.




El estudio se llevó a cabo de la siguiente manera: Su equipo pidió a 49 hombres y 52 mujeres que grabaran la palabra hujambo, cuyo significado es "hola". Luego compararon la voz con el éxito de su vida sexual, la cantidad de hijos que tenían y la cantidad que habían sobrevivido.
El hombre con voz más grave de la muestra era padre de 10 hijos, de los cuales nueve vivían, mientras que el hombre con voz más aguda había tenido tres hijos, de los cuales uno vivía”, indicó la investigadora.


En fin...un dato curioso, pero realizado a muy pequeña escala.

El amor para Jean Baudrillard.


Palabras del pensador francés Jean Baudrillard.

Amar a alguien es aislarle del mundo, es borrar sus huellas, desposeerle de su sombra, arrastrarle a un futuro homicida. Es girar en torno a él como un astro muerto, y absorberle en una luz negra. Todo se juega en una desorbitante exigencia de exclusividad sobre cualquier ser humano. Es en eso, sin duda, que es una pasión: porque su objeto está interiorizado como fin ideal, y sabemos que no sólo hay objeto ideal cuando está muerto.

Jean Baudrillard

Descripción de un cuadro.

Para las personas profanas en la materia, como yo, existen numerosas obras pictóricas que no somos capaces de entender e interpretar,
y necesitamos de un apoyo
que nos indique las características y los significados que se nos escapan.

En otras, sin conocimiento previo alguno, un cuadro es capaz de transmitirnos tanto sentimiento, o más, que la letra de una bonita canción o la lectura de un poema.
Carlos Fuentes ha hecho una descripción, en boca de su protagonista, Laura, de un cuadro hecho por el hijo muerto de dicha protagonista. 
Aquí os la transcribo. 
Yo, realmente, he visto la pintura a través de sus palabras.


DESCRIPCIÓN DE UN CUADRO

 
(...)No levitaban. Ascendían. Laura sintió una emoción profunda cuando entendió el cuadro de su hijo Santiago. Este Adán y esta Eva no caían. Ascendían. A sus pies, se confundían en una sola forma la cáscara de la manzana y la piel de la serpiente. Adán y Eva se alejaban del jardín de las delicias pero no caían en el infierno del dolor y del trabajo. Su pecado era otro. Ascendían. Se rebelaban contra la dolencia divina -no comerás ese fruto- y en vez de caer, subían. Gracias al sexo, la rebelión y el amor, Adán y Eva eran los protagonistas del Ascenso de la Humanidad, no de la Caída. El mal del mundo era creer que el primerhombre y la primera mujer cayeron y nos condenaron a una heredad viciosa. Para Santiago, en cambio, la culpa de Adán y Eva no era hereditaria, no era culpa siquiera, el drama del Paraíso Terrestre era un triunfo de la libertad humana contra la tiranía de Dios. No era drama. Era historia.

Al fondo del paisaje en el cuadro de su hijo, vio Laura pintado, diminuto, como en el Ícaro de Brueguel, un barco de velamen negro que se alejaba de las costas del Edén con un solitario pasajero, una diminuta figura singularmente dividida, la mitad de su rostro era angelical, la otra mitad diabólica, rubia una mita, roja la otra, pero el cuerpo mismo, envuelto en una capa larga como la vela del barco, era común a ángel y demonio, y ambos, adivinó Laura, era Dios, con una cruz en una mano y un trinche en la otra: dos instrumentos de tortura y muerte. Ascendían los amantes. El que caía era Dios y la caída de Dios era lo que Santiago pintó: un alejamiento, una distancia, un asombro en la cara del Creador que abandona el Edén perplejo porque sus criaturas se rebelaron, decidieron ascender en vez de caer, se burlaron del perverso designio divino que era crear al mundo sólo para condenar su propia creación al pecado transmitido de generación en generación a fin de que, por los siglos de los siglos, el hombre y la mujer se sintieran inferiores a Dios, dependientes de Dios, condenados por Él pero sólo absueltos -antes de volver a caer- por la caprichosa gracia de Dios.
Atrás del cuadro, en la tela, Santiago había escrito:  "El arte no es moderno. El arte es eterno. Egon Schiele".


(Fragmento: "Los años con Laura Díaz" de Carlos Fuentes)

Memento. Christopher Nolan.

"Sólo porque no recuerde ciertas cosas, no quita el sentido a mis actos. El miedo no desaparece cuando cierras los ojos."
(
Memento)



Cuántas veces abrazaríamos a un genio que fuese capaz de borrar de nuestra mente algún recuerdo indeseado. Algo que nunca debió ocurrir, o que, simplemente, no lo queremos revivir día tras días, cuan diapositivas, en el momento que cerramos los ojos.
Existen muchas maneras, casi todas con un peso más literario que real, de volatilizar un recuerdo. Convertirlo humo que fluye en la atmósfera, sin notarlo; o volverlo ceniza, de manera que en pequeñas partículas cubrirá la tierra sobre la que nuestros pies caminarán después, creyéndonos libre de él.

Basta con sentarnos en la orilla de un río y decir, en voz alta, aquello que deseamos desechar de nosotros, para siempre. La corriente se encargará de hacer el trabajo sucio, arrastrándolo...y sedimentándolo, eternamente, en las gélidas, profundas y oscuras aguas oceánicas.


Esto no es más que un juego con la mente. Algo psicológico que sirve de placebo. Así...se va viviendo.

Ahora... imagina por un momento que eres capaz de traer a tu presente escenas ocurridas hace ya algún tiempo, a saber... 5 meses, 12 meses, 3 años quizá... , en cambio...no puedes recordar lo más inmediato, aquello acontecido apenas hace dos minutos. No sabes si le diste un beso a tu pareja al despediros, o si acaso la has visto siquiera. Tampoco dónde pasaste la noche pasada, o cual fue el último libro que leíste...¡Ni tan siquiera aquel capítulo de la tarde anterior! Como si tu mente, cansada de ya de la saturación contínua, decidiese, llegado a un punto, dejar de archivar tus acciones, arbitrariamente.
Seguramente poniéndonos en esta situación apreciamos un poquito más, si cabe, nuestra retentiva.


Existe una patología que sumerge a las personas que la sufren en reinventores, a cada instante, de su memoria. Se trata de la amnesia anterógrada. Dichos enfermos son incapaces de generar recuerdos nuevos tras la aparición del transtorno.
Terrible.


El cineasta Christopher Nolan llevó a la gran pantalla, en el año 2000, un fantástico thriller donde su protagonista, Leonard Shelby (Guy Pierce, ¿no se os parece un montón a Brad Pitt?) sufre la amnesia a corto plazo mencionada, tras un incidente en el cual, además, es asesinada su mujer. La trama gira en torno a la busca que hace Leonard del asesino de su mujer, para así vengar su muerte al fin. El film se narra de una forma no lineal, de lo más original; esto es, va hacia atrás, a saltos, pero intercalando en medio de esas escenas otras en blanco y negro que siguen un orden normal.
Es como un rompecabezas en el que el espectador se verá, inevitablemente, inmerso, y que tendrá que participar de forma activa para solucionarlo.

Un aunténtico peliculón, de visión obligatoria:


"...es como si me despertara y ella no estuviera en la cama porque ha ido al baño o a la cocina. Sin embargo, tengo la certeza de que ya no volverá a la cama.
Podría alargar la mano y tocar su lado de la cama, y sabría que está frío, pero...sé que no puedo recuperarla. No quiero despertarme por las mañanas creyendo que aún sigue aquí. Me quedo en la cama sin saber desde cuándo estoy solo. Y así...¿Cómo puedo cicatrizar si no siento el paso del tiempo?"

(Memento)


Hibris

La carta que no puedo responder. Paulo Coelho.

El pasado mes de octubre, en el suplemento dominical de EL País: "XLSemanal", escribía Paulo Coelho un artículo que me gustaría compartir con vosotros. 
Es un poco largo, por lo que no me extenderé añadiendo nada más.
Aquí os lo dejo:



LA CARTA QUE NO PUEDO RESPONDER

La carta que no puedo responder se encuentra ahora sobre
mi mesa. Llegó a mis manos gracias a los esfuerzos de un matrimonio holandés que, en junio de 2006, me envió un mensaje de correo electrónico. Yo no le di mayor importancia, y no respondí. Insistieron a finales del mismo mes y yo tampoco les presté atención. Hasta que llegó la advertencia con palabras más serias:
«Ésta es la última vez que le pedimos este favor. Le dejamos a su criterio la decisión de escribirle o no a Justin. A criterio de su conciencia, más bien. Yo conocí sus libros justamente porque él me los recomendó. Atentamente, Jacobus [omito el apellido]».

Leo cuidadosamente el texto del mensaje: allí se dice que Justin Fuller, prisionero número 999266 de la Unidad Polunsky, de Livingston, Texas, va a ser ejecutado justamente el día de mi cumpleaños: el 24 de agosto. Su abogado, Don Bailey, ya ha recurrido a todas las instancias, y el caso se da por perdido. No me piden que denuncie el caso en público ni que me posicione al respecto: sólo quieren que le envíe a este lector algunas palabras para confortarlo.

Tecleo el nombre de Justin en un buscador de Internet. Veo su foto, descubro que existe una página con los nombres de todos los que están (o estaban) en el corredor de la muerte de Texas. Leo su ficha policial en www.tdcj.state.tx.us/stat/fullerjustin.htm.

Escribo la carta. La semana siguiente a la de mi cumpleaños, Jacobus me vuelve a escribir: Justin la había recibido y me había respondido antes de ser ejecutado. La carta me está esperando en un hotel en el que suelo alojarme en cierta ciudad y que puse como dirección en el remite.

Finalmente, en los últimos días de octubre de 2006, paso por el hotel. Sé que me está esperando la carta de un condenado a muerte. Sé que él ya ha sido ejecutado. Recojo la carta, paro en un bar y leo las palabras de alguien a quien nunca más podré responder. A quien tampoco puedo pedirle autorización para publicar algunos párrafos, pero como estamos discutiendo una verdadera aberración de la justicia (la muerte como instrumento del Estado) transcribo aquí algunas frases:
«Estimado señor Coelho:
El corredor de la muerte es el lugar en el que las políticas del Poder, la Retribución y la Violencia se aplican a un hombre usando [materiales como] el cemento y el acero… hasta que este hombre se transforma en acero, y su corazón llega a ser tan duro como el cemento. Sin embargo, aunque el acero pueda ser duro, aún puede ser flexible, y aunque el corazón se haya transformado en cemento, todavía es capaz de latir. Más allá [del cemento y el acero] queda el hombre, su amor por la vida y los grandes principios que rigen la actuación del ser humano».
«Su carta me sorprendió bastante. Y es muy extraño que mi trascendencia [Justin usa siempre este término, en lugar de `ejecución´] pueda tener lugar justo el día de su cumpleaños. Por supuesto que espero que eso no ocurra, pero ambos sabemos que la vida siempre viene acompañada de la muerte. En los Estados Unidos ejecutan prisioneros en nombre de lo que llaman `justicia´, sin tener en cuenta la posibilidad de obtener una buena defensa ni la situación familiar en la que alguien nació y creció.»
«Mientras espero el último recurso a la Corte Suprema, me siento lleno de vida, fuerte y con mi espíritu completamente libre.»
«Si trasciendo, por fin podré flotar en el viento y disfrutar la libertad. He logrado entender que, aunque mi cuerpo esté preso, mi vida cambió y mi alma aún puede amar, pues toda libertad es mental. Hay muchas personas en este mundo que, a pesar de estar fuera de la cárcel, se encuentran mucho más presas que yo.» «Sólo cuando estas personas comprendan que la libertad es un estado mental, podrán disfrutarla de verdad.»

La carta que no pude responder es bastante más larga. Describe la relación que establecimos a través de mis libros. Nos desea lo mejor del mundo a mí y a mi familia. Y ahora descansa sobre mi mesa.

La carta que no pude responder, de un condenado a muerte, preso a los 19, ejecutado cuando tenía 27 años de edad, no contiene palabras quejumbrosas: habla de libertad y de vida.

Paulo Coelho