“Mi predicción es que allá por el 2050, el Estado de Massachusetts será la primera jurisdicción que legalice matrimonios con robots”,
dice David Levy, investigador de inteligencia artificial en la Universidad de Maastricht (Holanda), en LiveScience.
Hace no mucho escuché en la radio que en el ¿2025? (no recuerdo exactamente la fecha, pero estaba muy próximo), los robots serían tan humanos que los propios seres humanos mantendríamos relaciones sentimentales con ellos.
David Levy, en su libro titulado: "Amor y sexo con robots: evolución de las relaciones humano-robot”, afirma que en un corto periodo de tiempo los humanos podremos llegar a amar a un robot, mantener relaciones sexuales con él y establecer una relación sentimental de lo más normal, como si en su interior realmente circulara sangre. El autor defiende que somos perfectamente capaces de enamorarnos de no-humanos, tal como de un osito de peluche o nuestra propia mascota. Un robot, por tanto, estaría totalmente capacitado para llamar nuestra atención y provocar en nosotros sentimientos de amor. Ahí es nada...
Muy acorde con ésta noticia es el trabajo que realizó Jacobo recientemente (¿que no lo conocéis? pues tomad nota de su nombre, próximamente será un filósofo destacado :D). Ha tenido a bien permitirme copiaros una fragmento del mismo. Me parece brillante.
Aquí os lo dejo:
"(...)También suele ser muy común, cuando se plantea la posibilidad de que una máquina piense, que los conservadores se asusten, creyendo que se avecina el Apocalipsis, ¡como si eso no fuera quizá una buena noticia! Yo me pregunto si esa aversión miedosa que alguna gente siente ante las máquinas, esos sentimientos de frío espanto, mas que estar motivados por lo que estos cacharros representan como contraposición a lo humano, sino será precisamente al contrario, es decir, que esta aversión esté motivada por lo mucho que tienen de humano las máquinas.
Las máquinas más que una creación nuestra, parecen una prolongación nuestra, y la experiencia nos enseña que todo lo humano es digno de desconfianza por definición. Algunas máquinas en concreto se insertan en nuestro cuerpo, pero la propia noción de "máquina" en abstracto, constituye también una prótesis espiritual que rellena el hueco de nuestros deseos mutilados, de nuestras frutradas pretensiones de inmortalidad. En este sentido, las máquinas, como invento humano, son una continuación de nuestra propia decadencia. No nos engañemos, si verdaderamente hay algo de malo en las máquinas, si estas provocasen algún día el tan cacareado Apocalipsis, no sería en ningún caso culpa suya, sino solo nuestra. Nosotros, los humanos, somos los que realmente damos miedo, y si las máquinas lograran pensar algún día y pudieran emitir juicios coherentes sobre nosotros, harían lo mismo que han hecho los humanos: Rechazar a su Dios. Cuando la propia especie decepciona se vuelca el amor en otras especies, algunos como Schopenhauer miraron hacia atrás y se refugiaron en los animales, hoy en día se mira hacia delante y nos refugiamos en las máquinas; al parecer ambos poseen aún esa sensual inconciencia que tanto añoramos. Quizás las máquinas carezcan de la capacidad de lograr que las amemos más que a algunos humanos, pero en cambio tienen otra ventaja mayor, y es que también son mas proclives a que las odiemos menos que a la mayoría de los humanos.
Basta solo meditar un poco en nuestro propio trato cotidiano con los seres humanos, y la falta de respeto que muestran hacia sus semejantes, para no poder evitar sentir, que cualquier máquina, consciente o no, supondría una compañía mucho menos molesta."
.
Me resulta complicado imaginarme la situación... Se trata de un tema delicado que despierta, y despertará, grandes controversias.
Yo creo que, aún con todos sus defectos, aún sin manual de instrucciones y con dificultad, por tanto, para entenderlo, preferiré darle la mano a un ser humano, por muy suave y cálida que sea la de un robot :D