Fragmentos

La verdadera locura quizá no sea otra cosa que la sabiduría misma que, cansada de descubrir la vergüenza del mundo, ha tomado la inteligente resolución de volverse loca.
(Enrique Heine)

El pasado es un inmenso pedregal que a muchos les gustaría recorrer como si de una autopista se tratara, mientras otros, pacientemente, van de piedra en piedra, y las levantan, porque necesitan saber qué hay debajo de ellas.
(José Saramago. El viaje del elefante.)

Tengo 47 años, ¿y sabes cómo me he matenido vivo tanto tiempo, todos estos años? Miedo... el espectáculo de actos terribles. Si alguien me roba, le corto las manos; si me insulta, le corto la lengua; si se rebela contra mí, clavo su cabeza en una estaca, y la pongo bien alta, para que puedan verla todos. Eso es lo que mantiene vivo el orden de las cosas: el miedo.
(Gans of New York)


"He visto un caracol, se deslizaba por el filo de una navaja, ese es mi sueño, más bien mi pesadilla, arrastrarme, deslizarme por todo el filo de una navaja de afeitar, y sobrevivir."
(Apocalypse Now)



El último rincón. Miguel Hernández

"Adiós, hermanos, camaradas y amigos
Despedidme del sol y de los trigos"
(Miguel, en los muros de la cárcel de Alicante, poco antes de morir)



He aquí uno de los mayores genios de la literatura española. Miguel Hernández(1910-1942), hombre que recurre en sus poemas incesantemente al tema de la muerte y el dolor. Algo que, sin duda alguna, emana de su vida tortuosa, dolorosa e injusta. Con lo escrito desde la cárcel, descubrimos a un hombre que se mide con la libertad, reducido a las miserias de cuatro paredes. "Un corazón hecho para amar, con rejas y cerrojos".
Una de sus joyas "El último rincón" es un pozo negro de soledad e injusticias, donde el poeta muere sin libertad, sangrando de amor.
Aquí os lo dejo, dejaros transportar...




El último rincón

El último y el primero:
rincón para el sol más grande,
sepultura de esta vida
donde tus ojos no caben.

Allí quisiera tenderme
para desenamorarme.

Por el olivo lo quiero,
lo persigo por la calle,
se sume por los rincones
donde se sumen los árboles.

Se ahonda y hace más honda
la intensidad de mi sangre.

Los olivos moribundos
florecen en todo el aire
y los muchachos se quedan
cercanos y agonizantes.

Carne de mi movimiento,
huesos de ritmos mortales:
me muero por respirar
sobre vuestros ademanes.

Corazón que entre dos piedras
ansiosas de machacarte,
de tanto querer te ahogas
como un mar entre dos mares.
De tanto querer me ahogo,
y no me es posible ahogarme.

Beso que viene rodando
desde el principio del mundo
a mi boca por tus labios.
Beso que va a un porvenir,
boca como un doble astro
que entre los astros palpita
por tantos besos parados,
por tantas bocas cerradas
sin un beso solitario.

¿Qué hice para que pusieran
a mi vida tanta cárcel?

Tu pelo donde lo negro
ha sufrido las edades
de la negrura más firme,
y la más emocionante:
tu secular pelo negro
recorro hasta remontarme
a la negrura primera
de tus ojos y tus padres,
al rincón de pelo denso
donde relampagueaste.

Como un rincón solitario
allí el hombre brota y arde.

Ay, el rincón de tu vientre;
el callejón de tu carne:
el callejón sin salida
donde agonicé una tarde.

La pólvora y el amor
marchan sobre las ciudades
deslumbrando, removiendo
la población de la sangre.

El naranjo sabe a vida
y el olivo a tiempo sabe.
Y entre el clamor de los dos
mis pasiones se debaten.

El último y el primero:
rincón donde algún cadáver
siente el arrullo del mundo
de los amorosos cauces.

Siesta que ha entenebrecido
el sol de las humedades.

Allí quisiera tenderme
para desenamorarme.

Después del amor, la tierra.
Después de la tierra, nadie.

(Miguel Hernández)

8 comentarios:

Azhaag dijo...

A excepcion de tu entrada, creo que no he leido nada de este hombre.

¿Qué hice para que pusieran
a mi vida tanta cárcel?


Habra que ponerle remedio...
Buena entrada.

Un beso preciosa.

Azhaag

Miguel dijo...

Me recuerda a la protagonista del libro que estoy leyendo: Evgenia Ginzburg. También a otros muchos ejecutados que no tuvieron oportunidad de dejar constancia de su dolor.

Lo peor de todo es que aún, en estos días, quedan abundantes seres irracionales como los que antaño privaron de libertad y vida a seres humanos como éste.

Crea mucha angustia y dolor sentirse en su piel.

:(

comopompasdejabon dijo...

Uno de mis favoritos, ese rayo que no cesa me ha acompañado siempre, en su amanaza, en su belleza.
Un beso

Feliciti dijo...

Uno de mis preferidos sin duda, desgarrador hasta su última letra.Un beso cálido y amable!!

Anónimo dijo...

Hola volviendo a las canchas ...hermoso poema cuidate mucho y siempre es un agrado pasar por espacio..

good luck!!!!!

http://desdoblamientointelectual.blogia.com/

Pilar dijo...

Pasaba por aquí y..bueno, Miguel Hernández da para mucho más que una visita.

Gracias por traerlo a tu espacio

Un abrazo desde mi árbol

Anónimo dijo...

Miguel Hernández, grande entre los grandes, sentimientos y poesía a flor de piel, transmite las emociones de una manera contundente y a la vez aterciopelada en la envoltura emocional de sus versos...
Muchas gracias por compartirlo...

Un abrazo
Saudade

Hibris. dijo...

Gracias a todos por vuestras opiniones.

Pilar y Saudade, bienvenidos, gracias a vosotros por la visita. Es un gusto saber que lo que posteas interesa y agrada a los lectores. :)

Un beso.
Hibris