Fragmentos

La verdadera locura quizá no sea otra cosa que la sabiduría misma que, cansada de descubrir la vergüenza del mundo, ha tomado la inteligente resolución de volverse loca.
(Enrique Heine)

El pasado es un inmenso pedregal que a muchos les gustaría recorrer como si de una autopista se tratara, mientras otros, pacientemente, van de piedra en piedra, y las levantan, porque necesitan saber qué hay debajo de ellas.
(José Saramago. El viaje del elefante.)

Tengo 47 años, ¿y sabes cómo me he matenido vivo tanto tiempo, todos estos años? Miedo... el espectáculo de actos terribles. Si alguien me roba, le corto las manos; si me insulta, le corto la lengua; si se rebela contra mí, clavo su cabeza en una estaca, y la pongo bien alta, para que puedan verla todos. Eso es lo que mantiene vivo el orden de las cosas: el miedo.
(Gans of New York)


"He visto un caracol, se deslizaba por el filo de una navaja, ese es mi sueño, más bien mi pesadilla, arrastrarme, deslizarme por todo el filo de una navaja de afeitar, y sobrevivir."
(Apocalypse Now)



La inteligencia de los tontos.

De todos es sabido que hasta en las más terribles situaciones se pueden dar anécdotas de lo más cómicas. El sentido del humor es un bien común sin el cual la vida perdería buena parte de su interés. Desgraciadamente, a muchas personas les han arrebatada la sonrisa, subyugada bajo la humillación, el desprecio y las vejaciones. Esto ha ocurrido en el pasado y sigue ocurriendo actualmente. Prefiero no aventurarme a hablar de un futuro, aunque todos os haréis una idea de la continuación de la historia.

¿A qué viene esto? Pues a que me encontraba esta mañana leyendo el desgarrador libro de Marcos Ana: "Decidme cómo es un árbol", donde narra sus memorias de la prisión y de la vida, como él mismo dice. En él habla sin tapujos de las cárceles franquistas, donde fue preso político durante 23 años, tiempo en el que trancurrió su juventud, su madurez, el tronco de su vida...

Mientras lo leo tengo a mi lado una botella de agua y me veo obligada a dar un trago cada cierto tiempo, por el mal sabor de boca que provoca los testimonios de un hombre que el único delito que cometió fue tener ideales.
En medio de todos los infortunios que narra, también encuentra palabras para loar la parte positiva de su estancia a la sombra de candados y rejas. Estoy segura de que gracias a que no olvidó cómo sonreír, pudo sobrevivir y contarnos lo sucedido.
No me apetece transcribir aquí los episodios vejatorios y horrorosamente inhumanos que todos, sin duda, conocéis en mayor o menor medida. Me ha parecido más...alentador trancribiros una de esas anécdotas que Marcos Ana cuenta como semilla de vida en medio de tanta muerte.

Dice así:

"
Pero no todo era drama en la prisión. Nuestra vida discurría en un universo propio, único y diferente, donde pasaba de todo. El ser humano tiene una gran capacidad de adaptación y con frecuencia se mezclaban el humor y la tragedia.
El Director de la prisión de Porlier en los años 39 y 40 era don Amancio Tomé, un personaje pintoresco con una tupida barba oscura, que no lograba tapar del todo una cicatriz rosada en su mejilla que, según decían, le hizo un preso común en la prisión de Sevilla. Los domingos, después de misa, en el patio, le gustaba darnos una charlita que todos esperábamos con malicioso interés por los disparates que solía decir.

En una ocasión se presentó un sacerdote, creo que era de los Escolapios, y nos dio una charla muy interesante sobre la "ley de contrarios", con muchos ejemplos sobre el desarrollo que producía en la física y en la vida natural los elementos opuestos. Para rebatirla inmediatamente después, argumentando que esa ley no se podía aplicar a los fenómenos históricos y sociales como hacen los marxistas que creen que la lucha de clases es el motor de la Historia.
Lo cierto fue que don Amancio, que en esto de hablar no podía contenerse, como colofón echó su cuarto a espadas diciéndonos:
- Ya habéis oído al padre, la vida siempre es una contradicción, junto al palacio está la choza, al lado del preso está el guardían, en el polo norte se mueren de frío y en el polo sur se asan de calor...

Y después de este resumen se quedó tan ancho."

(MARCOS ANA. Decidme cómo es un árbol. Pag. 84. Aumbriel - Tabla Rasa)

5 comentarios:

Azhaag dijo...

Claro que si, lo del hielo y los pinguinos es una tapadera, alla en el sur hace un clima cercano al de Marbella.

Un beso.

Azhaag

magofez dijo...

Siempre he pensado que una prisión es el sitio más horrible e injusto que existe hasta para los culpables, al menos tal y como están montadas. Es de vergüenza lo que pasa en las prisiones.

bicos,

Hibris. dijo...

Hay prisiones horribles, Wilde, sí, pero también las hay que son demasiado confortables... Es un tema muy complejo, que da para mucho debate.

De todas formas, Marcos Ana y demás presos en sus mismas circunstancias, fueron privados de libertad sin cometer ningún delito, eso es lo peor de todo.

Un saludo a los dos, y gracias por comentar :)

Hibris

Anárion dijo...

Hola Hibris ^^. Solo decir dos cosas, la primera es que me ha gustado el fragmento este que has puesto y te felicito por saber escoger obras tan buenas. Y lo segundo es que el tema de las prisiones generalmente depende mucho del pais. No es lo mismo una cómoda celda de estados unidos que una prision coreana donde los presos lo pasan realmente mal.

Bks y sigue asi que aunque no te comente a menudo suelo leerte siempre que tengo ocasión ^^.

Anárion dijo...

Sí, los presos en estados unidos quitando los casos extremos viven mejor que en su casa. Y no me digas que alli hay pena de muerte porque a esos es a los que mejor tratan precisamente. Como van a morir pobrecitos hagamosle la vida mas agradable. Vamos a ver, si alguien va a la carcel debería pasarlo mal se supone que esos sitios son para amedrentar a los criminales no para pagarles unas vacaciones... A cavar zanjas los ponia yo a todos xD.