Hizo los primeros esbozos sobre pape azul, desgarrándolo como si dibujara más con un cuchillo que con un lápiz. En esos arrebatos, la conexión entre la pasión y el arte era directa. Tomaba forma un caballo herido, seguido de un toro furioso con un pájaro de largas alas en el lomo. De una ventana, una mujer se asomaba y proyectaba la luz de un farzol sobre la escena.
Aquel primer día, los elementos fundamentales de lo que acabaría siendo la composición definitiva ya ocuparon sus lugares. Eran puzles que resolver, problemas de ángulos y perspectivas, con el añadido de lo oculto y lo misterioso. Pero el caballo, el toro, el guerrero caído, la madre con un niño muerto, la mujer sosteniendo un farol: todo eso ya estaba ahí. Esos elementos serían las piedras angulares, y los presentarían en un descarnado vocabulario de blanco y negro y gris. Habría un fondo y un primer plano, sombras y luces, y narración, pero no explicaciones.
Su segundo día de trabajo en el proyecto fue una larga y frenética repetición del primero. Al final, exhausto y vacía, el artista dejó los lápices para que sus personajes recién nacidos pudieran descansar tras aquellos partos tan difíciles.
Su segundo día de trabajo en el proyecto fue una larga y frenética repetición del primero. Al final, exhausto y vacía, el artista dejó los lápices para que sus personajes recién nacidos pudieran descansar tras aquellos partos tan difíciles.
El resultado fue el siguiente:
En el Times de Londres se podían leer las siguientes frases:
Gernika, la población más antigua de los vascos...destruída por las incursiones aéreas insurgentes...
...los cazas se lanzaban en picado para ametrallar a los que se refugiaban en los campos...
...algo sin precedentes en la historia militar... destrucción de la cuna de la raza vasca.
En otro periódico:
...un pequeño hospital, volado con sus cuarenta y dos ocupantes heridos...
...un refugio antiaéreo en el que más de cincuenta mujeres y niños quedaron atrapados y se quemaron vivos...
...los cazas se lanzaban en picado para ametrallar a los que se refugiaban en los campos...
...algo sin precedentes en la historia militar... destrucción de la cuna de la raza vasca.
En otro periódico:
...un pequeño hospital, volado con sus cuarenta y dos ocupantes heridos...
...un refugio antiaéreo en el que más de cincuenta mujeres y niños quedaron atrapados y se quemaron vivos...
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-¿Cuántos?-le preguntó un reportero que quería tener una estimación del número de víctimas.
-¿Cuántos?-replicó el padre Xavier- ¿Cuántos qué? ¿Cuánta gente? ¿Cuántos pedazos? ¿Cuántas vidas? ¿Cuántos niños?
Cuando ves niños quemados en la calle, carbonizados... derretidos, no los cuentas -dijo Xavier-. Cuando ves un grupo de chavales fusionados en una masa negra, no haces inventario. ¿Cuántos murieron? ¿Cuántos? La muerte era infinita.
-¿Cuántos?-le preguntó un reportero que quería tener una estimación del número de víctimas.
-¿Cuántos?-replicó el padre Xavier- ¿Cuántos qué? ¿Cuánta gente? ¿Cuántos pedazos? ¿Cuántas vidas? ¿Cuántos niños?
Cuando ves niños quemados en la calle, carbonizados... derretidos, no los cuentas -dijo Xavier-. Cuando ves un grupo de chavales fusionados en una masa negra, no haces inventario. ¿Cuántos murieron? ¿Cuántos? La muerte era infinita.
Fuente: "A los cuatro vientos", de Dave Boling
2 comentarios:
Un conocidísimo cuadro de uno de los más famosos artistas de nuestro país. ¿Quien no ha visto alguna vez una réplica cuando no el original? Desde luego la escena que refleja el cuadro fué una de las mayores atrocidades que sufrió el pueblo vasco durante la guerra civil a manos de los nazis y sus amigos fascistas italianos que ayudaron a los sublevados. Aunque, ¿quien no conoce la historia ya? Ojalá este tipo de escenas no se repitiesen jamás, aunque por desgracia y aunque las ignoremos, las guerras se suceden en muchos lugares del mundo en estos mismos momentos. Sin que tengamos constancia de la mayoría de los conflictos bélicos y sobretodo de las causas que llevaron a ellos. Parece ser que la historia del ser humano está y siempre estará escrita con sangre.
Buen aporte Hibris, sigue así ;)
Bss y cuidate ^^
"-¿Cuántos?-replicó el padre Xavier- ¿Cuántos qué? ¿Cuánta gente? ¿Cuántos pedazos? ¿Cuántas vidas? ¿Cuántos niños?
Cuando ves niños quemados en la calle, carbonizados... derretidos, no los cuentas -dijo Xavier-. Cuando ves un grupo de chavales fusionados en una masa negra, no haces inventario. ¿Cuántos murieron? ¿Cuántos? La muerte era infinita."
Tremendo..., nunca he "entendido" demasiado bien el arte de Picasso. Nunca me ha transmitido nada, de tener que elegir entre ese binomio que has puesto en la entrada, mitad literario, mitad artistico, me quedo sin lugar a dudas con las acertadas palabras de Dave Boling.
Un beso.
Azhaag
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