Fragmentos

La verdadera locura quizá no sea otra cosa que la sabiduría misma que, cansada de descubrir la vergüenza del mundo, ha tomado la inteligente resolución de volverse loca.
(Enrique Heine)

El pasado es un inmenso pedregal que a muchos les gustaría recorrer como si de una autopista se tratara, mientras otros, pacientemente, van de piedra en piedra, y las levantan, porque necesitan saber qué hay debajo de ellas.
(José Saramago. El viaje del elefante.)

Tengo 47 años, ¿y sabes cómo me he matenido vivo tanto tiempo, todos estos años? Miedo... el espectáculo de actos terribles. Si alguien me roba, le corto las manos; si me insulta, le corto la lengua; si se rebela contra mí, clavo su cabeza en una estaca, y la pongo bien alta, para que puedan verla todos. Eso es lo que mantiene vivo el orden de las cosas: el miedo.
(Gans of New York)


"He visto un caracol, se deslizaba por el filo de una navaja, ese es mi sueño, más bien mi pesadilla, arrastrarme, deslizarme por todo el filo de una navaja de afeitar, y sobrevivir."
(Apocalypse Now)



La vida debería ser al revés. Quino

Homenaje a Miguel Delibes

Como no podía ser de otra manera, me veo en la obligación de hacer mi pequeño homenaje a Miguel Delibes, uno de los grandes literatos de nuestro país. Hace ya diez años que publicó su último libro (El hereje), desde entonces se vio aquejado por una brutal enfermedad que lo apartó de su mayor pasión, escribir, y que hoy terminó ganándole la batalla. Comentaba Delibes en una de sus últimas entrevistas, que en su caso el escritor había muerto antes que el hombre, por tanto éste ya no temía morir. Lo expresa de esta forma en el preámbulo de sus Obras Completas: "Aunque viví hasta el año dos mil..., el escritor Miguel Delibes murió en Madrid el 21 de mayo de 1998, en la mesa de operaciones de la clínica La Luz. Esto es, los últimos años literarios no le sirvieron de nada".
Miguel Delibes pasará a engrosar la lista de los clásicos, sin duda alguna, y sus obras permanecerán imborrables en el recuerdo de sus lectores.

Os dejo con él...

-Cinco horas con Mario-

Toda revelación es para vosotros como libro sellado; se le da a leer a quien sabe leer, diciéndole: Lee esto, y responde: No puedo, el libro está sellado. O se da el libro a quien no sabe leer, diciéndole: Lee esto, y responde: No sé leer.

-El camino-

Pero a Daniel, el Mochuelo, le bullían muchas dudas en la cabeza a este respecto. Él creía saber cuanto puede saber un hombre. Leía de corrido, escribía para entenderse y conocía y sabía aplicar las cuatro reglas. Bien mirado, pocas cosas más cabían en un cerebro normalmente desarrollado. No obstante, en la ciudad, los estudios de Bachillerato constaban, según decían, de siete años y, después los estudios superiores, en la Universidad, de otros tantos años, por lo menos. ¿Podría existir algo en el mundo cuyo conocimiento exigiera catorce años de esfuerzo, tres más de los que ahora contaba Daniel? Seguramente, en la ciudad se pierde mucho el tiempo -pensaba el Mochuelo- y, a fin de cuentas, habrá quién, al cabo de catorce años de estudio no acierte a distinguir un rendajo de un jilguero o una boñiga de un cagajón. La vida era así de rara, absurda y caprichosa. "

-Mujer de rojo sobre fondo gris-

En la vida has ido conociendo algunas cosas pero has fallado en lo esencial, es decir, has fracasado. Esa idea te deprime y entonces es cuando buscas apresuradamente un remedio para poder arrastrar con dignidad el futuro. Ahora no tendré a nadie a mano cuando me asalte el miedo. (...)
Ninguno de los dos era sincero pero lo fingíamos y ambos aceptábamos, de antemano, la situación. Pero las más de las veces, callábamos. Nos bastaba con mirarnos y sabernos. Nada nos importaban los silencios. Estábamos juntos y era suficiente. Cuando ella se fue todavía lo vi más claro: aquellas sobremesas sin palabras, aquellas miradas sin proyecto, sin esperar grandes cosas de la vida eran sencillamente la felicidad. Yo buscaba en la cabeza temas de conversación que pudieran interesarla, pero me sucedía lo mismo que ante el lienzo en blanco: no se me ocurría nada. A mayor empeño, mayor ofuscación. Se lo expliqué una mañana que, como de costumbre, caminábamos cogidos de la mano: ¿Qué vamos a decirnos? Me siento feliz así, respondió ella. (...)
Una voz misteriosa me soplaba la lección entonces y yo atribuía a los ángeles, pero ahora advertía que no eran los ángeles sino ella; su fe me fecundaba por que la energía creadora era de alguna manera transmisible ¿De quién me compadecía entonces, de ella o de mí?

-La sombra del ciprés es alargada-

Se iniciaba ya el otoño. Los árboles de la cuidad comenzaban a acusar la ofensiva de la estación. Por las calles había hojas amarillas que el viento, a ratos, levantaba del suelo haciéndolas girar en confusos remolinos. Hicimos el camino en la última carretela descubierta que quedaba en la ciudad. Tengo impresos en m cerebro los menores detalles de aquella mi primera experiencia viajera. Los cascos caballos martilleaban las piedras de la calzada rítmicamente, en tanto las ruedas, rígidas y sin ballestas, hacían saltar y crujir el coche con gran desesperación de mi tío y extraordinario regocijo por mi parte. Ignoro las calles que recorrimos hasta llegar a la placita silente donde habitaba don Mateo. Era una plaza rectangular con una meseta en el centro, a la que se llegaba merced al auxilio de tres escalones de piedra. En la meseta crecían unos árboles gigantescos que Cobijaban bajo sí una fuente de agua cristalina, llena de rumores y ecos extraños. Del otro lado de la plaza, cerraba sus confines una mansión añosa e imponente, donde un extraño relieve, protegido en una hornacina, hablaba de hombres y tiempos remotos; hombres y tiempos idos, pero cuya historia perduraba amarrada a aquellas piedras milenarias.




"Al palpar la cercanía de la muerte, vuelves los ojos a tu interior y no encuentras más que banalidad, porque los vivos, comparados con los muertos, resultamos insoportablemente banales."

Miguel Delibes

Calendario cósmico de Carl Sagan

El fallecido Carl Sagan, astrónomo de la Universidad de Cornell, en su libro "Los Dragones del Edén", incluye lo que él llama: "El Calendario Cósmico", que elaboró para hacer comprender la velocidad relativa con que se sucedieron las diversas etapas desde que se formó el universo, poniendo de relieve el carácter de "recién llegados" que tenemos los humanos en este universo.
A continuación os dejo un genial vídeo en el que explica este curioso e interesante calendario:




Cosmología de Carl Sagan.

1.1. Algunos datos :

Edad del universo, desde el big bang: 15.000 millones de años.
Edad de la tierra: 4.500 millones de años.

1.2. Representación en un año terrestre de los 15.000 millones de años del universo:
Algunas magnitudes:
  • Un segundo representa cerca de 500 años.
  • 24 días representan mil millones de años.

Acontecimientos más significativos en este calendario:


• Primer segundo del 1 de enero: Gran Explosión.
• 1 de mayo: Origen de la Vía Láctea
• 9 de septiembre: Origen del Sistema Solar
• 14 de septiembre: Formación de la Tierra
• 25 de septiembre: Origen de la vida en la Tierra

Los acontecimientos que tienen que ver con la evolución del ser humano tienen lugar el 31 de diciembre:
◦ 3.30: Procónsul y Ramapithecus, posibles ancestros del mono y del hombre.
◦ 22.30: Aparición del primer hombre.
◦ 23.46: El hombre aprende a valerse del fuego.
◦ 23.59: Florece el arte rupestre.
◦ 23.59.52: Invención del alfabeto
◦ 23.59.56: Imperio Romano.
◦ 23.59.59: Renacimiento en Europa.
◦ 24.00: Tiempo actual.

¿No es maravilloso?


A medida que la vida se extendió más allá de los mares hasta la tierra y el aire, millones y millones de formas vivientes evolucionaron. Se cree que habitan en el mundo actualmente más de un millón y medio de especies. De esta enorme cantidad, algunas son tan diminutas como los virus; otras son tan grandes como la ballena; otras como el guepardo han desarrollado una gran velocidad; otras poseen una visión aguda; algunas han seguido existiendo mientras que otras se han extinguido.
Todas las especies poseen numeroso recursos eficaces para sobrevivir en este pequeño y diversificado planeta, pero de los incalculables billones de individuos y el enorme número de especies del pasado y el presente sólo una de las especies desarrolló un cerebro tan complejo como el nuestro, nuestra postura bípeda, nuestro don para el lenguaje, y el estilo de vida humano. Únicamente un animal llegó a ser humano, y es un periodo relativamente corto cuando esto sucedió.

(Washburn e Moore, 1980, pp. 13-15)