Fragmentos

La verdadera locura quizá no sea otra cosa que la sabiduría misma que, cansada de descubrir la vergüenza del mundo, ha tomado la inteligente resolución de volverse loca.
(Enrique Heine)

El pasado es un inmenso pedregal que a muchos les gustaría recorrer como si de una autopista se tratara, mientras otros, pacientemente, van de piedra en piedra, y las levantan, porque necesitan saber qué hay debajo de ellas.
(José Saramago. El viaje del elefante.)

Tengo 47 años, ¿y sabes cómo me he matenido vivo tanto tiempo, todos estos años? Miedo... el espectáculo de actos terribles. Si alguien me roba, le corto las manos; si me insulta, le corto la lengua; si se rebela contra mí, clavo su cabeza en una estaca, y la pongo bien alta, para que puedan verla todos. Eso es lo que mantiene vivo el orden de las cosas: el miedo.
(Gans of New York)


"He visto un caracol, se deslizaba por el filo de una navaja, ese es mi sueño, más bien mi pesadilla, arrastrarme, deslizarme por todo el filo de una navaja de afeitar, y sobrevivir."
(Apocalypse Now)



Cometas en el cielo.

"En Afganistán, yelda es el nombre que recibe la primera noche del mes de Jadi, la primera del invierno y la más larga del año. [...] Cuando me hice mayor, leí en mis libros de poesía que yelda era la noche sin estrellas en la que los amantes atormentados se mantenían en vela, soportando la noche interminable, esperando que saliese el sol y con él la llegada de su ser amado. Después de conocer a Soraya Taheri, para mí todas las noches de la semana se convirtieron en yelda. Y cuando llegaba la mañana del domingo, me levantaba de la cama con la cara y los ojos castaños de Soraya Taheri en mi mente. En el autobús de Baba, contaba los kilómetros que faltaban para verla sentada, descalza, vaciando cajas de cartón llenas de enciclopedias amarillentas, con sus blancos talones contrastando con el asfalto y los brazaletes de plata tintineando en sus frágiles muñecas. Pensaba en la sombra que su melena proyectaba en el suelo cuando se separaba de su espalda, por la que caía como una cortina de terciopelo. Soraya. Princesa encontrada en un mercadillo. El sol de la mañana de mi yelda."


Este es un pequeño fragmento del aclamado libro que Khaled Hosseini publicó en 2003. En poco tiempo se convirtió en la obra más vendida en el país americano. Posteriormente fue llevado a la gran pantalla de manos de Marc Forster con un resultado, a mi parecer, brillante. A continuación podéis ver el tráiler de la misma:


Trailer Cometas en el cielo (castellano)
Cargado por CINeol



Su protagonista, Amir, siente desde bien pequeño deseos de ser escritor, siendo su amigo Hassan el que lo apoya desde un principio. A partir de esta relación de amistad, surgida en el contexto del Afganistán perdido, cuando los talibanes todavía no horrorizaban a la población y la guerra no había arrebatado todavía la alegría del rostro de sus habitantes, se lleva a cabo toda la filmación. Una traición acompañará a Amir toda su vida, y se verá obligado a regresar a su país cuando su vida estaba ya encauzada, para saldar la deuda que tenía con su amigo de la infancia. Se encuentra entonces con un país destrozado, humillado y pisoteado por el fuego y la ira de los invasores.
Os dejo una de las historias que Amir escribió cuando era pequeño. En esta escena se la está contando a su amigo Hassan, su sirviente, mientras desayuna.

-Trata de un hombre que caminando encuentra una taza mágica, y descubre que si llora en la taza sus lágrimas se convierten en perlas. Es muy pobre, sabes, pero al final de la historia está sentado sobre una montaña de perlas con un cuchillo en la mano y su esposa muerta entre sus brazos.
-¿La ha matado?
-Si, Hassan
-¿Para así llorar y enriquecerse?
-Vaya, eres muy listo Hassan
-¿Puedo hacerte una pregunta sobre esa historia?
-Si, claro
-¿Por qué tubo que matar a su esposa?
-Por que llorando cada una de sus lágrimas se convertirá en una perla
-Si, pero no lo hubiera conseguido igual pelando una cebolla?

Una joya que merece la pena ver. Diálogos, imágenes, banda sonora...creo que nada tiene desperdicio.

"Vas a adoptar a un niño y te crees un héroe, pero ¿qué hay de los otros 2000?"

Fragmento: La sombra del viento. Carlos Ruiz Zafón.

"Bienvenido al Cementerio de los Libros Olvidados.
Este lugar es un misterio, Daniel, es un santuario.
Cada libro, cada tomo que ves, tiene alma. El alma de quien lo escribió, y el alma de quienes lo leyeron y vivieron y soñaron con él. Cada vez que un libro cambia de manos, cada vez que alguien desliza la mirada por sus páginas, su espíritu crece y se hace fuerte. Hace ya muchos años, cuando mi padre me trajo por primera vez aquí, este lugar ya era viejo. Quizá tan viejo como la misma ciudad. Nadie sabe a ciencia cierta desde cuándo existe, o quiénes lo crearon. Te diré lo que mi padre me dijo a mí.

Cuando una biblioteca desaparece, cuando una librería cierra sus puertas, cuando un libro se pierde en el olvido, los que conocemos este lugar, los guardianes, nos aseguramos de que llegue aquí. En este lugar, los libros que ya nadie recuerda, los libros que se han perdido en el tiempo, viven para siempre, esperando llegar algún día a las manos de un nuevo lector, de un nuevo espíritu. En la tienda nosotros los vendemos y los compramos, pero en realidad los libros no tienen dueño. Cada libro que ves aquí ha sido el mejor amigo de alguien. Ahora sólo nos tienen a nosotros, Daniel. ¿Crees que vas a poder guardar este secreto?”

(La sombra del viento // Carlos Ruiz Zafón)


[Huelga decir que es un libro más que recomendado, casi obligatoria su lectura. No creo que defraude a nadie. ]

Los literatos chinos.

Aquí os dejo un intersante texto de Weber donde alude a la educación y a su valoración social:

Durante 12 siglos, en China, el rango social se ha determinado más de acuerdo con la calificación para el ejercicio de cargos públicos que según la riqueza. Esta calificación ha sido determinada, a su vez, por la educación y, sobre todo, por los exámenes (...). Los literatos fueron los depositarios del progreso hacia una administración racional y de toda la “intelectualidad”.

(...) En China los literatos han sido decididamente el estrato dominante durante más de dos mil años, y aún siguen siéndolo. Su dominio ha sido ininterrumpido; a menudo ha contado con una apasionada oposición; pero simplemente logró renovarse y expandirse. Según los Anales, en 1446, el emperador concedió por primera vez a los literatos, y sólo a éstos, el tratamiento de “su señoría”.

(...) Los literatos se remontan, al menos en lo esencial, a los descendientes, probablemente hijos menores, de familias feudales que adquirieron una educación literaria, sobre todo un conocimiento de la escritura y la literatura. El conocimiento de la escritura también estaba al alcance del plebeyo; aun cuando, si se tiene en cuenta el sistema de escritura china, a éste le hubiese resultado difícil llegar a dominarlo. Pero si ello sucedía, el plebeyo compartía el prestigio de cualquier otro erudito. Incluso durante el periodo feudal, el estrato de literatos no fue -hereditario ni exclusivo- otra diferencia con los brahmanes (...).

La relación de los literatos con el grupo ha cambiado de naturaleza (con el transcurso del tiempo). Durante el periodo de los estados feudales, las diversas cortes compitieron por los servicios de los literatos, los cuales iban en busca de oportunidades de poder y, no lo olvidemos, de las mejores oportunidades de ingresos posibles. Se formó todo un estrato de “sofistas” ambulantes (che-che), comparable a los caballeros y sabios andantes de la Edad Media occidental. También hubo literatos chinos que, en principio, no ocuparon ningún cargo. Estes estrato libre y móvil de literatos fue el depositario de las escuelas y antagonismos filosóficos, situación comparable a las que se dieron en la India, la Antigüedad helénica y la Edad Media con sus monjes y sabios. Sin embargo, los literatos, como tales, se consideraban integrados en un grupo de estatus unitarios. Se atribuían honores de estatus comunes y se sentían unidos como únicos depositarios de la homogénea cultura china.

Normalmente los literatos chinos deseaban ingresar al servicio de un príncipe por considerarlo tanto una fuente de ingresos como un campo normal de actividad. Confucio, y también Lao-tsé, fueron funcionarios antes de comenzar a vivir como maestros y escritores, sin relación ya con el cargo público. En efecto, esta orientación se fue mostrando cada vez más importante y exclusiva. En el Imperio unificado, los príncipes se vieron sin oportunidades de competir con los literatos. Éstos y sus discípulos empezaron a competir entonces por los cargos existentes, y este proceso no podía dejar de plasmarse en una doctrina ortodoxa unificada, adaptada a la situación. Esta doctrina sería el confucionista.

(...) Dos cosas fueron, por tanto, peculiares de la educación superior china. En primer lugar, ésta fue totalmente no militar y puramente literaria, como lo han sido todas las educaciones establecidas por sacerdotes. En segundo lugar, se llevó al extremo su carácter literario, esto es, su carácter escrito. En parte, ello parece haber sido consecuencia de la peculiaridad de la escritura china y del arte literaro de ésta derivado. Puesto que la escritura conservó su carácter pictórico y no fue racionalizada en una forma alfabética, como las creadas por los pueblos comerciantes del Mediterráneo, el producto literario iba dirigido a la vista y al oído a la vez, y esencialmente más a la primera (...).

Como grupo de estatus, los literatos gozaban de privilegios, incluso cuando sólo se habían examinado aunque no tenían empleo. Una vez reforzada su posición, los literatos recibían privilegio de estatus. Entre éstos, los más importantes fueorn: primero, exención de la sórdida munera, la corvée; segundo, exención del castigo corporal; tercero, prebendas (estipendios). Durante largo tiempo, se redujo mucho la importancia de este tercer privilegio, debido a la situación financiara del Estado. Los seng (bachilleres) seguían recibiendo estipendios de 1000 dólares al año bajo condición de someterse cada tres o seis años a los exámenes del Chu jen o Maestro.



(Del libro: Sociología de la Educación. Regina Jiménez-Ottalengo)

Psicología: Efectos del aprendizaje de la lectura sobre el cerebro.


Por razones históricas hay zonas rurales de Portugal en las que existen muchos analfabetos entre las personas mayores debido a que en su infancia la escolarización no era obligatoria. Pero otras personas de esa misma zona, con el mismo nivel socioeconómico y profesión, aunque tampoco tuvieron escolarización, por determinadas circunstancias, sí que aprendieron a leer y escribir. Con lo cual existe una situación ideal para comprobar los efectos cognitivos y neuronales del aprendizaje de la lectura entre los dos grupos similares en todo, excepto en que uno sabe leer y el otro no.

Se llevaron a cabo diversas investigaciones de mano de expertos en la materia, y pudieron constatar cómo los analfabetos tenían muchas dificultades para descomponer las palabras en sonidos (capacidad de segmentación fonológica), lo que muestra la estrecha correlación que existe entre conciencia fonológica y lectura. Además, comprobaron que los analfabetos presentaban importantes dificultades para repetir pseudopalabras, puesto que tendían a convertirlas en palabras (ej: ardario -> armario). Cuando compararon la actividad cerebral de ambos grupos mediante neuroimagen mientras repetían pseudopalabras observaron que las personas que sabían leer tenían mayor activación en el área temporal izquierda (área del lenguaje), mientras que los analfabetos tenían mayor activación en los lóbulos frontales, en concreto las zonas encargadas de la recuperación de los recuerdos.
La interpretación que se hace de estos datos es que los lectores realizaban la repetición de la pseudopalabras como una tarea lingüística sin más, mientras que para los analfabetos era más una tarea de recuerdo, como si esas pseudopalabras existiesen y las estuviesen buscando en su memoria.

Por ello, es bastante claro que las transformaciones que el aprendizaje de la lectura produce en el cerebro no se limitan a la actividad lectora, ya que la lectura se basa en estructuras cerebrales desarrolladas para el lenguaje oral, debido a que se trata de una adquisición demasiado reciente como para haber desarrollado sus propias estructuras neuronales (piénsese que ha sido sólo en los últimos pocos años cuando la lectura se ha extendido a la población general).

Una forma más directa de comprobar los efectos que el aprendizaje de la lectura tiene sobre el cerebro es estudiando mediante neuroimagen los cerebros de niños que están aprendiendo a leer. Así, se analizó la activación cerebral de lectores de 6 a 22 años mientras tenían que detectar líneas superpuestas a garabatos o palabras escritas. Encontraron que las palabras escritas producían activación en el hemisferio izquierdo, pero que esta activación era mayor a medida que aumentaban la edad y la destreza lectora. Por el contrario, había una disminución de actividad en el hemisferio derecho paralela con el incremento en el izquierdo, ya que a mayor edad y destreza lectora menor actividad se producía en el hemisferio derecho.
Estos resultados parecen indicar que el aprendizaje de la lectura produce un cambio de actividad del hemisferio derecho al izquierdo, debido a que a medida que aumenta la destreza lectora cada vez son menos importantes los aspectos visuales de las palabras y más importantes los lingüísticos.

Fuente: Psicología de la lectura, de Fernando Cuetos.