Fragmentos

La verdadera locura quizá no sea otra cosa que la sabiduría misma que, cansada de descubrir la vergüenza del mundo, ha tomado la inteligente resolución de volverse loca.
(Enrique Heine)

El pasado es un inmenso pedregal que a muchos les gustaría recorrer como si de una autopista se tratara, mientras otros, pacientemente, van de piedra en piedra, y las levantan, porque necesitan saber qué hay debajo de ellas.
(José Saramago. El viaje del elefante.)

Tengo 47 años, ¿y sabes cómo me he matenido vivo tanto tiempo, todos estos años? Miedo... el espectáculo de actos terribles. Si alguien me roba, le corto las manos; si me insulta, le corto la lengua; si se rebela contra mí, clavo su cabeza en una estaca, y la pongo bien alta, para que puedan verla todos. Eso es lo que mantiene vivo el orden de las cosas: el miedo.
(Gans of New York)


"He visto un caracol, se deslizaba por el filo de una navaja, ese es mi sueño, más bien mi pesadilla, arrastrarme, deslizarme por todo el filo de una navaja de afeitar, y sobrevivir."
(Apocalypse Now)



Soneto de la dulce queja. F. García Lorca.

Recuerdo a un profesor de literatura que me impartió clases en el instituto, un loco amante de los libros. Nos decía a menudo, tras recitarnos con su voz grave y profunda un poema, que siempre deberíamos comenzar el día leyendo unos versos.
Este soneto, que leí hace unas horas de casualidad, me ha traído a la memoria su pelo blanco y su pasión por los versos que inundaban el aula cuando nos leía, consiguiendo, por espacio de unos minutos, que el silencio abrazara suavemente sus palabras.

Aquí os lo dejo:


Soneto de la dulce queja


Tengo miedo a perder la maravilla
de tus ojos de estatua, y el acento

que de noche me pone en la mejilla

la solitaria rosa de tu aliento.


Tengo pena de ser en esta orilla
tronco sin ramas; y lo que más siento

es no tener la flor, pulpa o arcilla,

para el gusano de mi sufrimiento.


Si tú eres el tesoro oculto mío,
si eres mi cruz y mi dolor mojado,

si soy el perro de tu señorío,


no me dejes perder lo que he ganado
y decora las aguas de tu río

con hojas de mi otoño enajenado.



Federico García Lorca

El sentir de un lector.

Al lector de pronto se le llenaron los ojos de lágrimas,
Y una voz cariñosa le susurró al oído:

-¿Por qué lloras, si todo en este libro es de mentira?

Y él respondió:

-Lo sé; pero lo que yo siento es de verdad.

(Ángel González)

El tiempo


Una de las descripciones más bellas que he leído acerca de nuestro amigo El Tiempo, de la mano de Juan José Millás, uno de los hombres que más calma es capaz de tranmitir escuchándolo hablar. Aquí os lo dejo:



"A veces los segundos hieren más que los minutos o las horas, más que los días, los meses o los años. Esas puntas de aguja, esos residuos afilados, esas esquirlas temporales penetran en la piel o en el ánimo como limaduras de acero y, aun sin provocar heridas visibles, matan como puñales. Cuatro segundos de asfixia valen por cientos de horas de dolor. Dos segundos de humillación profesional anulan una carrera de éxito. Los cinco segundos de sufrimiento muscular que preceden al infarto son cinco siglos de amargura. No diremos nada de las décimas de segundo que en las pruebas deportivas separan al campeón del aspirante...
Contamos los días en horas para hacernos la ilusión de que el tiempo, como el dinero o los afectos, tiene una porción de calderilla, pero todo lo realmente importante nos sucede en cosa de segundos."

(Juan José Millás)