Cuántas palabras engrosan el diccionario de la Real Academia Española que están al borde de la desaparición y son relegadas por otras repetidas como sinónimos en boca de todos...
En numerosas ocasiones, cuando debo acudir al diccionario para ver el significado de alguna palabra, leo también los términos que se encuentran próximos a la misma, es algo enigmático, como un imán que atrae mi vista.
Por ello me ha gustado la iniciativa tomada por "Escuela de escritores" para apadrinar aquellas palabras en vías de extinción. Según explicaron los promotores de la iniciativa:
“Sólo entre 1992 y 2001, cuando se presentó la 22ª edición del Diccionario de la Real Academia Española, se suprimieron más de seis mil artículos. Seis mil palabras que desaparecieron del diccionario y que, probablemente, lo habían hecho mucho antes en el día a día, donde la tendencia a utilizar palabras comodín que simplifican conceptos con muchos matices o la facilidad con la que importamos extranjerismos, amenaza la riqueza del idioma”.
Los políticos españoles han participado en esta propuesta:
Empezando por el presidente del gobierno: Andancio, según explica el propio Zapatero, es un término que se emplea en su tierra natal, León, y que designa una “enfermedad epidémica leve”. El presidente ha recordado que dicha palabra “fue recogida en el Diccionario de la RAE en 1952”. Su significado no ha variado, pero entonces, señala Zapatero “se especificaba que este uso se ceñía a León, Cuba y Salamanca”.
Por otro lado:
Mariano Rajoy cree, en cambio, que avatares (fase, cambio o vicisitud) “está cayendo en desuso”, y le gusta “su sonoridad”. El presidente del Congreso, Manuel Marín, ha aportado la palabra urdimbre, ya que “fonéticamente es muy hermosa” y porque “da sensación de durabilidad, de resistencia: una urdimbre bien hecha dura mucho”, dice.
José Blanco, secretario de Organización del PSOE, eligió “bisoñé”; el portavoz del PP en el Congreso, Eduardo Zaplana, escogió “anteojo” y Josep Antonio Durán i Lleida, portavoz de CiU, eligió dos palabras, una en castellano, “remiendo”, y otra en catalán, “fossar”.
Por otro lado:
Mariano Rajoy cree, en cambio, que avatares (fase, cambio o vicisitud) “está cayendo en desuso”, y le gusta “su sonoridad”. El presidente del Congreso, Manuel Marín, ha aportado la palabra urdimbre, ya que “fonéticamente es muy hermosa” y porque “da sensación de durabilidad, de resistencia: una urdimbre bien hecha dura mucho”, dice.
José Blanco, secretario de Organización del PSOE, eligió “bisoñé”; el portavoz del PP en el Congreso, Eduardo Zaplana, escogió “anteojo” y Josep Antonio Durán i Lleida, portavoz de CiU, eligió dos palabras, una en castellano, “remiendo”, y otra en catalán, “fossar”.
Yo me quedo con...mmmm....Orate. La descubrí un día de esa manera que comenté al principio, fortuitamente, y desde aquellas no la he olvidado. Me gusta su significado "persona que ha perdido el juicio" y su pronunciación. Y...si me permitís, voy a pecar de avariciosa y apadrinar otra que me fascina aunque no esté al borde de la extinción (afortunadamente) y es "morriña". :D
¿Cuál apadrinarías tu?
Hibris
4 comentarios:
Yo las apadrinaria todas toditas, me cuesta decidirme por una... mmmm... pero hay una que me ecanta: vicevérsico(o a, claro)
Que bonito tu post Hibris, en serio!...
bicos!
Yo tengo algunas apadrinadas desde hace tiempo, pero es rara la ocasion en las que puedo emplearlas...
"Proemio"..."Anamnesis"..."profuso"... y sobre todo una que, aunque lejos de desaparecer por completo, rara vez la oigo, y particularme me encanta: lugubre.
Bonita entrada Laura.
Un beso.
Azhaag
Esto de las palabras me encanta. Siempre tengo discusiones con la gente que me dice eso de: "eso no viene en el diccionario" :-)
Pero sí: gazuza, arrecir, zaleo...
Una que no está en desuso y que me encanta es: utopía, parece que se te llena la boca al decirla... ¿verdad?
Besos.
aunque suene macabro a mí me gusta "óbito" que significa "muerte, fallecimiento"...y "ósculo" que es lo mismo que beso
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