H2O2 es la fórmula del agua; Química, la ciencia de los elementos, y Alquimia, la que añade sentimientos en busca del oro. Pretender que brille alguien que es mate por naturaleza a veces duele. El carbono puede ser grafito o un diamante, con presión y tiempo, si se libra de impurezas. Un diamante es inerte si no le da vida la luz que refleja, el pulso que lo sostiene y la mirada que lo contempla. Un trozo de grafito puede ser un humilde lápiz, pero conseguir el brillo fugaz o la eternidad del diamante si escribe la palabra justa que aliente o si traza la línea clave de una obra maestra. Pocos conocen los quilates de un diamante famoso y la geometría de su talla, escasos pueden contemplarlo y muy pocos, poseerlo. Pero muchos pueden reproducir un poema, emocionarse ante la palabra o un trazo, e infinitos son los seres con derecho a la alquimia del lápiz. Existe una fórmula mágica con leyes propias, moldeable, rebelde, efímera, persistente, siempre paciente. Capaz de dibujar y tallar. Tan buena que se adapta a su dueño, tan viva que es capaz de contener vida, tan suya que arriesga vidas. Puede dejarte frío, calarte hondo y ser voluble y etérea. Transparente y vibrante, su brillo se debe a la luz que la bañe. Hasta ahora pura química, dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno, la molécula del agua, pero... Añade emoción y tendrás una lágrima, la piedra preciosa de la alquimia del H2O2.
Yanet P.R.
3 comentarios:
La hostia, qué bonito!
Hasta ahora pura química, dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno, la molécula del agua, pero... Añade emoción y tendrás una lágrima, la piedra preciosa de la alquimia del H2O2.
Esta parte en concreto me ha encantado...
Un beso.
Azhaag
chale, que troll tan ridiculo le dice el comal a la olla
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