Fragmentos

La verdadera locura quizá no sea otra cosa que la sabiduría misma que, cansada de descubrir la vergüenza del mundo, ha tomado la inteligente resolución de volverse loca.
(Enrique Heine)

El pasado es un inmenso pedregal que a muchos les gustaría recorrer como si de una autopista se tratara, mientras otros, pacientemente, van de piedra en piedra, y las levantan, porque necesitan saber qué hay debajo de ellas.
(José Saramago. El viaje del elefante.)

Tengo 47 años, ¿y sabes cómo me he matenido vivo tanto tiempo, todos estos años? Miedo... el espectáculo de actos terribles. Si alguien me roba, le corto las manos; si me insulta, le corto la lengua; si se rebela contra mí, clavo su cabeza en una estaca, y la pongo bien alta, para que puedan verla todos. Eso es lo que mantiene vivo el orden de las cosas: el miedo.
(Gans of New York)


"He visto un caracol, se deslizaba por el filo de una navaja, ese es mi sueño, más bien mi pesadilla, arrastrarme, deslizarme por todo el filo de una navaja de afeitar, y sobrevivir."
(Apocalypse Now)



La función del lector.

Cada vez que un libro se posa en mis manos un mundo nuevo se abre para mi. Me sumerjo en él y me translado a aquel lugar donde sólo la imaginación es capaz de llegar.
Anoche, leyendo un relato de Eduardo Galeano, me sentí un poco identificada con su protagonista. Aqui os lo dejo:
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La función del lector..

Cuando Lucía Peláez era muy niña, leyó una novela a escondidas. La leyó a pedacitos, noche tras noche, ocultándola bajo la almohada. Ella la había robado de la biblioteca de cedro donde el tío guardaba sus libros preferidos.

Mucho caminó Lucía, después, mientras pasaban los años.

En busca de fantasmas caminó por los farallones sobre el río Antioquia, y en busca de gente caminó por las calles de las ciudades violentas.

Mucho caminó Lucía, y a lo largo de su viaje iba siempre acompañada por los ecos de los ecos de aquellas lejanas voces que ella había escuchado, con sus ojos, en la infancia.

Lucía no ha vuelto a leer ese libro. Ya no lo reconocería.

Tanto le ha crecido adentro que ahora es otro, ahora es suyo.

Hibris


3 comentarios:

Azhaag dijo...

Lucía no ha vuelto a leer ese libro. Ya no lo reconocería.

Tanto le ha crecido adentro que ahora es otro, ahora es suyo.


Quizas lo haya entendido mal... pero no necesita volver a leerlo por que con solo leerlo una vez lo hizo suyo??

Yo soy de la clase de lector que cuando se queda prendado de un libro vuelve a sus paginas al menos una vez por año... ya sea La isla del tesoro de Stevenson en verano o Cuento de Navidad alla por Diciembre...

Un beso.

Azhaag

Anónimo dijo...

Lucía ha hecho de ese libro una parte de ella. A las palabras que de pequeña leyó le fue dando un sentido y fueron madurando a la par. El libro creció dentro de ella. Lo hizo suyo en ese sentido.

:D

Hibris

sinnombre dijo...

http://www.prensamercosur.com.ar/apm/nota_completa.php?idnota=641

Desde niños se nos incita, en la enseñanza, a la lectura.

Es una buena manera de integrar ideas subliminales en los futuros adultos, que luego serán derivadas y modificadas de forma subjetiva, bajo la experiencia e/o inteligencia personal.
También un gran método en las fábulas infantiles adherir conductas..
Perpetuar la cultura; conjeturas, teoremas, teorías, ideales, problemas.. es bien fácil, desde enciclopedias a panfletos, hasta significante homología entre publicidad de 'Ikea' y diccionarios de la RAE.