Fragmentos

La verdadera locura quizá no sea otra cosa que la sabiduría misma que, cansada de descubrir la vergüenza del mundo, ha tomado la inteligente resolución de volverse loca.
(Enrique Heine)

El pasado es un inmenso pedregal que a muchos les gustaría recorrer como si de una autopista se tratara, mientras otros, pacientemente, van de piedra en piedra, y las levantan, porque necesitan saber qué hay debajo de ellas.
(José Saramago. El viaje del elefante.)

Tengo 47 años, ¿y sabes cómo me he matenido vivo tanto tiempo, todos estos años? Miedo... el espectáculo de actos terribles. Si alguien me roba, le corto las manos; si me insulta, le corto la lengua; si se rebela contra mí, clavo su cabeza en una estaca, y la pongo bien alta, para que puedan verla todos. Eso es lo que mantiene vivo el orden de las cosas: el miedo.
(Gans of New York)


"He visto un caracol, se deslizaba por el filo de una navaja, ese es mi sueño, más bien mi pesadilla, arrastrarme, deslizarme por todo el filo de una navaja de afeitar, y sobrevivir."
(Apocalypse Now)



Decirte alguna estupidez, por ejemplo, te quiero.



“Las cosas pasan por delante y hay que tirarse al cuello, porque la vida y las cosas no son como un carrusel, que pasan y vuelven a pasar, sino más bien como un tren, que pasa de largo y hay que subirse en marcha, porque el siguiente puede tardar mucho en llegar o incluso no llegar nunca, porque en la vida las cosas pasan y se van, y por eso hay que ser valientes, y yo tuve miedo de quedarme solo, sin ella, marinero en tierra, enamorado sin corazón, (…) y la agarré para seguir bailando y para besarla de una santa vez (…) y aunque escasamente cuatro centímetros separaban nuestras bocas, sus labios finos y bonitos y pintados y delicados y los míos, que no perderé el tiempo en describir, aunque solamente cuatro escasos centímetros los separaban, parecía un plano hecho a escala 1:1.000, porque tardé una corta eternidad en recorrerlos, y por fín cubrimos los 40 metros de distancia y nuestros labios se conocieron, las dos o tres primeras veces muy tímidamente, y después más profundamente, y a mí se me ocurrió pronunciar esa frase tan famosa y tan estúpida que le viene a uno a la cabeza en esos momentos y dije:
-Te quiero.
Y entonces ella dijo otra de esas estupideces que se dicen en esos raros momentos de nuestras vidas, cuando parecemos mágicos y únicos e importantes, y no tememos que el cielo se desplome sobre nuestras cabezas ni que la tierra se abra bajo nuestros pies, porque moriríamos felices:
-Me alegro de estar viva.”


( Fragmento: Decirte alguna estupidez, por ejemplo, te quiero.)


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Esta es una de esas novelas juveniles que gustan a cualquier edad. Escrita por Martín Casariego, tiene 14 ediciones a sus espaldas y el número de ejemplares vendidos asciende a más de 100.000. Fue llevada a la gran pantalla en el año 2000; yo todavía no la he visto, estoy segura de que no me va a gustar.
Total...que si tenéis una tarde libre por ahí leeros, o releeros, éste libro, seguramente os recuerde vuestra más tierna adolescencia. jajaja

Hibris




6 comentarios:

sinnombre dijo...

Fue de lectura obligatoria en mi clase hace años. :D

No me acuerdo casi, leeré un resumen.

:)

Azhaag dijo...

Queda apuntado...

Azhaag

EnLaOscuridadDeLaNoche dijo...

Ni he leído el libro, ni he visto la película... aunque siempre me gustó su título...
Me lo apunto. :-)
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Hay estupideces maravillosas, ojo!

Pasalo bien!!!

sinnombre dijo...

Hay mierda, eso es lo que hay.

sinnombre dijo...

Es muy buen comentario, créetelo. Además, el lenguaje culto no sirve para más que para quedar bien.